6 lugares con encanto para fotografiar el otoño en la comarca de Tarazona y el Moncayo
El otoño nos regala en la comarca de Tarazona y el Moncayo algunos de los mejores paisajes para perderse y fotografiar. Rincones 100% “instagrameables” en los que captar sus mejores colores y respirar el aire puro que no ofrece el pico más alto del Sistema Ibérico.
Una opción perfecta para seguir disfrutando de Aragón y sus espectaculares paisajes cualquier puente o fin de semana. Así que tomad nota porque sabemos que este recorrido ¡os encantará!
Hayedo de Peñaroya
Nuestra ruta comienza en el corazón del Parque Natural del Moncayo, en el conocido como Hayedo de Peñaroya que, durante los meses de otoño, nos regala sus mágicos colores y nos invita a caminar entre sus centenarias hayas.
El visitante puede elegir entre numerosas rutas de senderismo que le van a permitir adentrarse y contemplar el juego de luz y color de este hayedo, que es uno de los más importantes de España.
Para conocer más la historia de este Parque Natural, recordad que siempre tenéis disponible el acceso gratuito a su Centro de Interpretación donde podréis conocer qué especies habitan estos lares y cómo se formó este gran macizo.
Las vistas desde el Santuario de la Virgen del Moncayo
Y tras pasear y relajarnos por su hayedo, es muy recomendable coger el coche y subir unos kilómetros hasta el Santuario de la Virgen del Moncayo (1.620 m). Desde allí tendréis seguramente algunas de las mejores vistas de esta comarca.
En la esplanada de este Santuario se ubica un restaurante y una hospedería para los caminantes que durante todo el año ascienden a la cumbre del Moncayo (2.314 m).
Cobijando al santuario está la peña del Cucharón, una enorme peña negruzca que resguarda a los edificios de ese espacio. A vuestros pies, el valle del Ebro y, si tenéis a suerte de que salga un día claro, podréis ver los Pirineos.
Desde su mirador llaman poderosamente la atención dos embalses pertenecientes al termino municipal de Lituénigo y que son nuestra próxima parada en la ruta.
Embalse Bajo del río Pedregal en Lituénigo
Bajando del Santuario dirección Lituénigo, el río Pedregal nos deja en su embalse una de las más bellas estampas del Moncayo.
Su privilegiada ubicación refleja el Moncayo por completo en sus aguas, y la gran vegetación que lo rodea, y que ahora en otoño se tiñe de tonos amarillos y naranjas, regala al visitan una de las mejores fotografías de este viaje.
Visita al Monasterio de Veruela
Y si por algo es conocida esta comarca de Tarazona y el Moncayo es por la historia que la une a uno de nuestros escritores más ilustres: Gustavo Adolfo Bécquer.
En el municipio de Vera del Moncayo se ubica el Monasterio de Veruela, primer monasterio cisterciense de Aragón y lugar donde el poeta residió y escribió sus famosas cartas ‘Desde mi celda’.
La vista es obligada, y apreciar su maravilloso claustro y la historia que se respira en toda la abadía será una de las mejores experiencias de esta ruta. Y por supuesto, es un enclave donde cada foto será especial.
El pozo de los Aines
Antes de llegar al último de estos rincones con encanto de la comarca de Tarazona y el Moncayo, hay que desviarse un poco del recorrido para conocer uno de los espacios más peculiares de la zona: el pozo de los Aines.
Ubicado en el municipio de Grisel, es uno de los parajes naturales más singulares, una imponente cavidad kárstica, de cualidades únicas, cuya formación esconde una leyenda.
Cuentan que, en 1535, uno de los habitantes de Grisel, que en su mayoría eran musulmanes convertidos al cristianismo, seguía practicando su antigua religión y desobedeciendo la fiesta de guardar, decidió salir a trillar una de sus eras. Al comenzar a trabajarla se oyó un gran estruendo y el moro y sus caballerías desaparecieron en un gran agujero. El resto de vecinos atribuyeron este hecho a un castigo de Dios por trabajar en festivo, y desde entonces en mitad de un campo de olivos encontramos esta gran sima.
Dispone de un vallado especial y de escaleras para bajar hasta cierta altura y contemplar la especial vegetación que se encuentra en su interior.
La Tarazona de las tres culturas
En este viaje no puede faltar la visita a Tarazona, que posee uno de los patrimonios monumentales mejor conservados de todo Aragón.
Un paseo por su judería, las vistas desde el río Queiles, su gran Palacio Episcopal y sus muchas torres e iglesias presididas por su gran catedral, que está considerada la Capilla Sixtina del renacimiento español.
Tarazona tiene mucho que ver y fotografiar, cada esquina, cada edificio, albergan historias. Y si no quieres perderte ni una, es muy recomendable que reserves alguna de las visitas guiadas que parten desde su oficina de turismo.
Y por supuesto, en esta comarca la gastronomía es clave para terminar de disfrutar de un fin de semana excepcional. Típicas son sus migas, sus ranchos o su queso de Trasmoz y la variada huerta turiasonese que van a hacer que te vayas de esta comarca con un buen sabor de boca.